EL MORRO.
No existe una estructura que capte el poder militar del Puerto Rico de antes como el Castillo de San Felipe del Morro, mejor conocido simplemente como El Morro. Construido en el año 1540, tomó 250 años para completar. Pasee entre sus varios niveles y murallas, visite sus calabozos y tómese fotografías en las garitas de los centinelas. Luego, disfrute de una tradición local y compre una chiringa, o cometa, y hágala volar en la brisa del océano, sobre la verde llanura frente al imponente fuerte.
PONCE.
La segunda ciudad de Puerto Rico es una gema arquitectónica y un
capítulo aparte en la historia colonial de la isla. Los elegantes
edificios, las mansiones y plazas de Ponce, traen a la memoria una época
en que surgió una clase adinerada de propietarios de tierras, con
motivo del auge de la agricultura del siglo XIX. Para ver las mejores
vistas de la ciudad, haga un paseo en tranvía desde la céntrica Plaza de las Delicias.
Una de las primeras fortificaciones de Puerto Rico, su construcción comenzó en el año 1533. Fue restaurada en el año 1846 y se transformó en la que ahora es la mansión más antigua de un gobernante en el hemisferio occidental. En este emblemático punto de referencia se ofrecen visitas diariamente.
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